“INSTRUCCIONES PARA LA
MEJOR CONSERVACIÓN
DE GUITARRAS”
El
mayor peligro es la humedad o sequedad extremada, y sobre todo, el paso brusco
de un ambiente húmedo a otro muy seco, la evaporación rápida de la humedad
puede ocasionar rajas, por muy curada que este la madera.
Cualquier
tipo de calefacción crea un ambiente en extremo seco, lo que se puede
contrarrestar colocando cerca del instrumento, un pequeño recipiente con agua,
cuya evaporación impida esta sequedad de ambiente.
Uno
de los peligros de la humedad excesiva, es que pueda reblandecer y estropearse
las colas, causando despegaduras.
Hay
que tener en cuenta que toda madera es un material higroscópico, que adquiere o
expele humedad fácilmente, según sea húmedo o seco el ambiente que la rodea. Lo
recomendable es mantener el instrumento entre el 50 y 60 % de la humedad
relativa del aire, lo que se puede comprobar por medio de un higrómetro bien
regulado; de esta forma permanece inalterable. Por debajo del 50 % hay peligro
de rajaduras, endurecimiento de la pulsación y sobresalen las puntas de los
trastes. Por encima del 60 % hay pérdida de sonido, riesgo de despegaduras y
reducción de la pulsación adecuada, produciendo ceceos.
La
pulsación recomendable para una Guitarra Clásica de Concierto es de 4. ½ mm
para la 6ª cuerda y 3 mm para la 1ª, tomando esta medida entre el lomo del 12
traste y la parte inferior de la cuerda, estando la guitarra afinada. La
excesiva humedad reduce estas distancias y la sequedad las aumenta. Estas alteraciones
ocurren también en la Guitarra Flamenca, por lo que debemos extremar las
precauciones.
No
deben colgarse en las paredes, porque estas suelen acumular humedad.
Para
envolver la guitarra dentro del estuche, con alguna tela, lo mejor es emplear
seda natural, también puede valer una lana fina, aunque no es tan recomendable.
Una
raja no tiene importancia si se recurre pronto a un buen reparador de
instrumentos, y si esta se produce en la tapa y cerca del puente, es
aconsejable aflojar enseguida las cuerdas.
Es
conveniente mantener las guitarras afinadas siempre al mismo tono, y en caso de
desear cambiar las cuerdas, no quitar las viejas de una vez, sino cambiar una,
afinarla con las demás, y así proceder de una en una con las restantes, esto
tiene por objeto que el puente y la tapa no pierdan ni por un momento la
tensión a que están acostumbrados, lo que produciría una disminución en el
sonido que tardaría algún tiempo en recuperar.
En
las encordaduras de nylon, las cuartas, quintas y sextas, entorchadas, pueden
perder gran parte de su sonoridad a causa del sudor de las manos, lo que
desmerece mucho el sonido de una buena guitarra, cuando esto ocurre, se les
puede devolver su primitiva sonoridad aflojándolas completamente y volviendo de
nuevo a tensarlas y si eso no es suficiente, se las puede lavar con jabón,
cuidando de no frotarlas para que no se afloje el entorchado, y no volviéndolas
a colocar en la guitarra hasta que estén bien secas.
Cuando
por efecto del calor sobresalgan los trastes por el borde del diapasón, con
peligro que se levante alguno al poderse enganchar, es necesario limar estas
partes salientes, siempre en la misma dirección en que están clavadas, lo que
se puede hacer fácilmente con una lima fina, siendo aconsejable que esta
operación la realice un entendido.
En
caso que el barniz se deteriore, es siempre preferible barnizar encima del
barniz viejo; solamente en casos extremos se puede raspar o acuchillar para
barnizar de nuevo, y en este caso por manos de gran experiencia en instrumentos.
Para
limpiar manchas sobre el barniz, basta frotarlas con un trapo ligeramente
húmedo en agua.
Cuando
las cuerdas cecean al pulsarlas al aire, es debido a que las ranuras del hueso
de la cabeza se han ahongado por desgaste, esto se corrige fácilmente colocando
debajo de esta cejilla una tira de cartulina delgada o papel algo grueso, que
generalmente basta para compensar la pérdida de altura sobre el primer traste.
En
los viajes por avión, si el instrumento ha de ir en la cabina de equipaje, es
necesario aflojar completamente las cuerdas.
Espero
que todos estos consejos os sean de gran utilidad, y os recomiendo que ante la
duda, os pongáis en manos de un profesional de la construcción de instrumentos,
que os asesorara y le dará la mejor solución a vuestro problema con el
instrumento.
Por
José Romero Garrido.
Guitarrero
Artesano.
Colaborador
de la Fundación Guitarra Flamenca.
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