viernes, 4 de abril de 2014

          La Guitarra Flamenca III

            Hola amigos

             Seguiremos la búsqueda de nuestra querida Guitarra Flamenca, descubriendo poco a poco de donde viene, y cuál ha sido su trayectoria, evolución hasta llegar a ser como hoy la conocemos.




Nos situamos a comienzos del Siglo XVIII y la Guitarra sufre una nueva modificación, es la agregación de la sexta cuerda, de la mano de Jacob Otto, se realiza una afinación estándar y puede que sea este uno de los mayores cambios sufridos por la Guitarra, ya que también en este Siglo el Español Francisco Tarrega crea la Escuela Moderna y realiza un cambio en el posicionamiento de las manos y la manera de pulsar las cuerdas.






Como ya os comentaba este Siglo fue muy importante para nuestra Guitarra, con grandes cambios para ella, esta vez por parte de dos Almerienses como Julián Arcas y Antonio Torres Jurado que empiezan a desarrollar sus propias intuiciones sobre la Guitarra, este último incorpora siete varas bajo la tapa armónica y aumenta el tamaño de la caja de resonancia, así como el ancho del mástil, todo esto contribuyo en una mejora del volumen del sonido y aumento la respuesta favorablemente de los bajos.



 Con estas aportaciones de los Luthiers Almerienses, podríamos decir que la Guitarra estaba ya preparada para las demandas del conjunto instrumental como para los artistas solistas.



Llegados a este punto y con los años de investigación por parte de nuestros Luthiers, en cuanto a medidas en la construcción de Guitarras, las podríamos distinguir en Guitarra Clásica y Guitarra Flamenca que es la que venimos buscando, siendo esta de un tamaño menor, de distintas maderas y otras variaciones que la hacen más percursiva.







Las Maderas que se suelen utilizar en la construcción de una Guitarra Flamenca, son Ébano, Pino, Abeto, Ciprés, Palosanto y dependiendo de factores como dónde y cómo crecieron, de la temperatura o de la humedad a la que fueron sometidos una vez madera, depende el sonido Flamenco de la Guitarra en la que después derivan y por supuesto de la rigurosidad de un proceso de fabricación artesanal.






















 Por Ángel Hernández Sevilla.

Fundación Guitarra Flamenca.
www.fundacionguitarraflamenca.com

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