“ESCUELA DE GUITARREROS DE MADRID X”
Verdaderamente es muy complaciente realizar
un estudio de investigación como este que venimos realizando durante varios
artículos, y que hoy en día se siga conservando un gremio tan antiguo como el
de “Guitarrero” es una suerte para los amantes de la música y la artesanía, en
este nuevo artículo vamos a seguir conociendo a grandes Maestros Guitarreros y
vamos a seguir aprendiendo de todo lo que han aportado e investigado por
conseguir día a día la mejora de nuestra amada guitarra.
Vamos a seguir conociendo a dos componentes
más de la dinastía de Guitarreros José Ramírez que os detallamos a
continuación.
José Enrique Ramírez García
(José Ramírez IV, 1953 – 2000)
José Enrique Ramírez García (José Ramírez IV)
nació en Madrid, en mayo de 1953. Ingreso en el taller como aprendiz en el año
1971, a los 18 años de edad, y en 1977 llegó al grado de oficial. En 1988 se
hizo cargo de la dirección del negocio junto con su hermana Amalia, haciéndose
cargo principalmente de definir los modelos que se estaban construyendo en esos
momentos. Ya a mediados de los 80 se había detectado un cambio en los gustos
sonoros de algunos guitarristas.
Un
valioso reconocimiento, esta vez dirigido a la continuidad de su obra, se
produjo en el año 1979. Entre varias guitarras que se habían escogido para
llevárselas al maestro, iba una construida por él, José Ramírez IV, que hacía
dos años accedió a la categoría de oficial en el taller de su padre. Fue una
sorpresa, y una gran satisfacción para él, el hecho de que Segovia, sin
saberlo, escogiera la guitarra por él construida. Tanta fue la alegría del
joven guitarrero que se la regaló, y le escribió entusiasmado una dedicatoria
que firmó y encoló junto a la etiqueta. El maestro estuvo usando aquella
guitarra en muchos de sus conciertos hasta el final de sus días, con gran satisfacción
como él mismo declaró en una carta suya
dirigida su autor.
En 1991 comenzó a construir una guitarra con
todas las características sonoras de los años sesenta que denominaron “Tradicional”,
y otra de nuevo diseño que no tenía nada que ver con la anterior, y que
expresara ese sonido claro y directo que buscaban las nuevas tendencias.
Esa guitarra, después de varios experimentos,
quedo totalmente definida en el año 1992, y la denominaron “Especial”.
Actualmente son las dos líneas que se construyen en el taller de Ramírez. José
Ramírez IV, fundamentalmente hizo una labor de definición y de
perfeccionamiento de la labor realizada por su padre, aunque también introdujo
sus innovaciones. Además de definir las dos líneas de las guitarras de clásico
de profesional, desarrolló técnicas de construcción que hicieran los
instrumentos más cómodos y fáciles de tocar, y también más estables en su
montaje evitando en algunos casos, y reduciendo en otros, las deformaciones
debidas a los movimientos de las maderas.
Otro capítulo importante es el de las
guitarras de estudio, que ciertamente no atrajeron nunca la atención de José
Ramírez III, quien se centró exclusivamente en las guitarras profesionales.
Empezaremos por señalar que, ya en tiempos de José Ramírez I, estas guitarras,
destinadas a principiantes, estudiantes y gente de poco poder adquisitivo, se
vendían en las guitarrerías como alternativa a las hechas a mano que,
naturalmente, eran mucho más caras y también de una calidad muy superior. Es
decir, igual que ahora. José Ramírez I, que despreciaba las guitarras hechas en
serie, también se vio en la necesidad de venderlas en su negocio. Al principio
no les ponía etiqueta, pero con el tiempo se dio cuenta del error, ya que le
venían con reclamaciones de guitarras que no habían sido vendidas en su tienda,
pero al no llevar etiqueta no se podía debatir la afirmación del cliente. Así
que, finalmente, mando hacer unas
etiquetas especiales, diferentes a las que ponía en los modelos profesionales,
y de este modo se acabaron los problemas.
En cuanto a José Ramírez II, no solo continuó
vendiendo guitarras de estudio hechas en serie, poniéndoles la etiqueta de la
Casa Ramírez, sino que además diseño unos modelos de estudio que hacían los
mejores fabricantes que había entonces en Valencia. Uno de esos modelos se
mantuvo hasta mediados de los 70 en la guitarrería, aunque ya entonces, desde
hacía muchos años, se vendían modelos no diseñados por Ramírez, sino que se
elegían entre la producción normal de algunas fabricas, buscando siempre, eso
sí, una calidad lo más aceptable posible. En realidad, José Ramírez III, al
igual que su abuelo, despreciaba las guitarras de estudio, por lo que no le
importó esa lenta desaparición de las que antaño diseñara su padre. Sin
embargo, José Ramírez IV no pensaba así.
Era muy consciente de la importancia de que
esas guitarras para principiantes tuvieran una garantía de calidad respaldada
por la Casa, Se basaba en que alguien que empieza no debe, y por lo general no
puede, hacerlo con una guitarra profesional, de modo que había que pensar en un
instrumento que, además de ser accesible en precio, tuviera una buena calidad y
resultara agradable de tocar, Así que en el año 86 convenció a su padre para
diseñar conjuntamente con él una línea de estudio denominada “E”,
fabricada en exclusiva para Ramírez con una especial selección de maderas. Y
ciertamente esa línea fue muy bien acogida como un buen punto de partida hacia
el uso de la profesional. Más tarde, en el año 91, coincidiendo con los cambios
realizados en los modelos profesionales, José Enrique diseñó otra línea de
estudio más económica que la anterior, denominada “R”,
basándose en la plantilla del modelo profesional C86.
Amalia Ramírez
Madrileña de nacimiento, comenzó su
aprendizaje en el taller bajo la dirección de su padre en 1976, donde aprendió
a construir guitarras. Después se marchó y regresó en 1988 para ayudar a su
hermano en la reestructuración y dirección del negocio. Entre los dos se
repartieron las funciones, dedicándose José Enrique al taller principalmente y
Amalia sobre todo al aspecto comercial, aunque también volvió a construir
guitarras después de establecer de nuevo el taller en la Calle General
Margallo.
Este cambio se realizo a comienzos del año
93, regresando al esquema original de un taller reducido, y una producción
limitada. Actualmente todas nuestras guitarras profesionales están vendidas. Se
pueden adquirir en nuestro establecimiento de Madrid o a través de nuestros
distribuidores en todo el mundo. En el verano de 1995 también se realizo el
traslado de nuestra tienda, de Concepción Jerónima nº2, a la Calle de la Paz nº
8, muy cerca del viejo establecimiento.
Tras el fallecimiento de su hermano en Junio
del año 2000, Amalia Ramírez se ha hecho cargo de la dirección del negocio,
repartiendo su trabajo entre el taller, la oficina y la tienda. Asimismo, se
encarga de revisar las guitarras construidas en el taller durante y al final
del proceso de su realización.
Entre sus experimentos, también está
trabajando con materiales nuevos para aumentar la proyección, la apertura y el
sostén del sonido, de acuerdo con las nuevas tendencias, con la línea que ha
denominado guitarra “Auditorio”.
Parte de su labor es supervisar el
aprendizaje de su sobrina Cristina y su sobrino José Enrique, ambos hijos de
José Ramírez IV, quienes están muy orgullosos de aprender a hacer guitarras y
dirigir el negocio. Ellos serán los encargados de continuar con esta dinastía
de guitarreros. José Enrique ha combinado su aprendizaje como guitarreros con
su carrera de derecho y Cristina es diseñadora gráfica, periodista y técnico de
sonido. Desde que se hizo cargo de la dirección del negocio, Amalia ha iniciado
una labor de investigación, que se ha iniciado con diferentes trabajos sobre la
plantilla y varetaje de las guitarras, basándose algunos de ellos en las
proporciones áureas, sendero que no ha hecho más que empezar a recorrer. Se
trata de una labor lenta, no solo porque toda investigación requiere una
inversión en tiempo muy grande, sino porque tiene que combinar esta actividad
con otras necesarias para atender el resto del negocio. Entretanto, ha diseñado
varios modelos, entre ellos se encuentra la guitarra “SP”, un paso intermedio
entre las guitarras de estudio y las de profesional; y para celebrar el 125
Aniversario de la fundación de esta Casa, ha diseñado dos modelos diferentes,
uno de profesional de serie limitada a 125 ejemplares; La Guitarra Aniversario;
y la guitarras 125 Años de Estudio.
Queremos dar las gracias a la Familia Ramírez,
por toda la información aportada para la elaboración de éste artículo.
Por Ángel Hernández Sevilla.
Fundación Guitarra Flamenca
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