sábado, 5 de septiembre de 2015







“Leyendo al sonido”








Los paradigmas del sonido flamenco



 
- Ingeniería y psicoanálisis

Algo de lo que nos ha enseñado el psicoanálisis es principalmente acerca del fetiche. Anteriormente Marx había empezado este concepto cuando hablaba de que el capitalismo produce esto: un objeto de alto valor, de gran plus valía a objetos que son muy deseados. Lo que provoca y evoca el fetiche es al deseo contenido en un objeto.

¿Cómo esto se relaciona a la música? En especial con la guitarra. ¿No nos han mostrado las grandes marcas de guitarras eléctricas, los violines Stradivarius, las guitarras firmadas por grandes figuras ideales precios extra-orbitantes? ¿No nos otorgan estos una gran producción de fetiches (no tanto perversos si no culturales)? Al fetichista no le importa si el calcetín, el cuero, el tacón, etc. están sucios rotos, usados o no. Lo que le importa es sólo la posesión del mismo para llegar a un goce. He de allí que coleccionistas gastan millones en un violín que no solamente produce un sonido único si no que al costar tanto produce un placer único, el placer del fetiche, de tener algo que solo él pueda gozar, de poseer algo que los demás no tienen, o bien, algo de igual manera, poseer algo que los demás cree que quieren. ¿Qué le hace pensar al coleccionista que el sonido de ese violín costoso es el ideal? ¿Cómo debe de sonar un violín? La respuesta está en el ideal, un ideal que hemos aprendido del deseo del Otro.

Es aquí donde nace la interrogante ¿Cómo sabemos que una guitarra es la ideal? ¿Cómo sabemos que un sonido es el ideal? Realmente no lo sabemos.

Imitamos, incorporamos, adjuntamos, adoptamos ideales. Ideales de ser e ideales de tener. Lo que nos proporciona la cultura es precisamente un Ideal al cual debemos acatar. Freud (1922) lo llamaba, el ideal del Yo.

Veámoslo en los niños. Cuando el nace no sabe qué es bueno y qué es malo. Los padres y cuidadores se lo enseñan. La cultura le irá enseñando que se debe de hacer y que no, qué debe de tener y qué no, qué es valioso y qué no. La cultura fetichiza los objetos.
Lo mismo pasa con el músico. Nace como músico y su padre (el maestro) lo irá a-culturalizando en la música (cultura). De allí le enseñará qué si es bueno, qué no, qué tipo de composición debe de hacer, qué sonido debe de producir, qué sonido debe de producir su instrumento. El sonido del maestro, del Ideal, es el sonido que deberá y persistirá. No solamente el maestro de clases particulares, si no su ideal, su referente cultural.








¿Cuál es el sonido del flamenco?

¿Por qué tomar al flamenco y no a la otra música? Pareciera que actualmente aunque se produzca música con sazón a la época clásica, es difícil que sea lo mismo, puesto que el compositor vive en la modernidad y por más conocimientos de armonía que padezca es difícil que este componga por la deficiencia de elementos culturales a los cuales ya no se encuentra expuesto como lo haría alguien de la época clásica.

Algo pasa con El Flamenco, de una tradición de 300 años a la actualidad. Pareciese que este cumple perfectamente con las características de una tradición, pasada de generación a generación, de ser un aspecto cultura local de las zonas de Andalucía a un aspecto mundial. Ya hay alemanes, mexicanos, franceses, canadienses, etc. tocando flamenco, tocando algo del flamenco. Honestamente creo difícil que los que no crecimos en un núcleo gitano entendamos la totalidad del Ideal flamenco, sus sonidos, sus compases.

Ocurre algo interesante con las tradiciones, estas se desgastan, y en algún punto sucumben y transmutan de la original, tal como en la mutación de un virus. Solo que anteriormente cuando no había recursos de audio y video, la experiencia de la a-culturalización del flamenco se debía a mera tradición oral. Lo que pasaba era algo interesante, ocurría el fenómeno, el del teléfono descompuesto. Debido a la naturaleza de la tradición oral, lo puro del flamenco se ha ido destilando hasta la convergencia con la modernidad, por lo tanto el sonido ha cambiado, pero los Ideales persisten.

Lo mismo nos pasa a los luthiers, es difícil entender la construcción original de la guitarra flamenca, puesto que no estuvimos allí, y lo que sabemos es producto de una tradición que ahora está alejada de la original. Lo interesante es qué tenemos que hacer para que lo que hagamos suene a flamenco.






Del taller al psicoanálisis


La frase que dice “de la vista nace el amor” pareciese verdadera.
Psicoanálisis y psicología no es lo mismo, los psicoanalistas nos dedicamos a fenómenos del inconsciente, los psicólogos aspecto meramente conductuales y consciente, para generalizar y entender lo siguiente.
La in-conciencia afecta las representaciones del mundo “real”. Diría que de acuerdo al deseo que tenga el sujeto sobre el objeto (en este caso la guitarra)  afectará las percepciones que tenga sobre ella, algo parecido al amor, cuando amamos a alguien lo (a) vemos apuesto(a) pero cuando terminamos la relación opinamos algunas veces lo contrario.

Pareciera entonces que no existe guitarra perfecta si no la que en la historia del sujeto refiriera un Ideal. 

Yo como guitarrista que también soy, pareciera que una guitarra que utilizó por ejemplo la Leyenda de Paco de Lucia, no pudiese tener equiparación para algunos del sonido (quitando los efectos ecualizados editados de los videos) ya que  pocos han podido tocarla y verificarlo.

Han existido experimentos de la psicología con lo que vendría siendo el sentido del gusto. Tapándole a los sujetos de prueba los ojos esto bajo una influencia y convicción del operador le van a decir que por ejemplo, un platillo es altamente picoso o salado, estas instrucciones previas hacen que los sabores sean exaltados, inclusive manipulados para resaltar o inhibirlos.
Pasaría lo mismo con una guitarra por ejemplo al ser fetichada o bien altamente deseada por que un referente Ideal la consume o bien un artesano hace exclusivamente a un artista, no quiere decir que este mal, solo que esto afecta a la percepción haciéndola más subjetiva en sí, pero… ¿Cuál es el verdadero sonido flamenco de una guitarra que la diferencia de una clásica?

        -La verdad como guitarrista, luthier, y psicoanalista que soy, quitándole las cuestiones estructurales de la construcción, la diferencia se resume meramente a la percepción, a las necesidades de cada ejecutante.

He tenido clientes guitarristas  que son en apariencia concertistas de flamenco y sin darse cuenta les gusta el sonido de un bracing que está diseñado para una guitarra clásica, y en verdad llegan a sonar muy brillantes.






Quizá esto se debe a que el sonido del flamenco está cambiando y que sólo los gitanos que han crecido en un núcleo familiar direccionado en el flamenco, pudieran identificar un sonido más cultural del flamenco (en guitarras) que los foráneos apropiamos, y aun así se escaparían cuestiones subjetivas a la apreciación del mismo. Pero queramos o no, al ser este patrimonio de la humanidad pasará con el tiempo a ser precisamente universal y al ser universal el sonido que esté irá incorporando será más global, pasará a multi-culturalizarse. Al final de todo esto el flamenco pareciese incluso que se siente has en la piel independientemente de la guitarra que se traiga, pero hablaremos entonces de lo que las nuevas generaciones buscan en las guitarras y cómo la ingeniería nos permite comprender cómo producir reacciones físicas inclusive químicas en la madera y otorgarnos ciertas constantes en el sonido, pasaremos del mundo de las percepciones manipulables a las constantes un poco  “más objetivas”.

Algo que si me gustaría resaltar es la habilidad manual-artesanal de un luthier que nos separan de las máquinas, poniendo en cuestión que las mismas produzcan un arte, una artesanía. Pudiese decir que lo que producen las manufactureras son productos y no meramente artesanías. ¿Por qué artesanías? Bien porque se llevan un fragmento del constructor y este puso afectos en su creación tal como un artista con el pincel. 

En filosofía existen muchas maneras en que se genera el conocimiento, inclusive lo clasifican. Doxa es un conocimiento básico incorporado desde la cotidianidad sin preguntarse, opinión o saber superficial, un conocimiento fenoménico y, en consecuencia, según él, engañoso. La doxa comprendería dos grados: eikasia (εἰκασία) y pistis (πίστις), es decir, imaginación y fe o creencia. Muchos lauderos siguiendo la tradición incorporan un cierto doxa a su hacer, pero no tiene nada de malo es precisamente la intención de la tradición, no preguntar si no producir lo que las anteriores tradiciones dijeron o indicaron cómo y qué hace, pero esto en algún punto álgido sucumbe. En cambio hay pocos que se atreven a salir de este Doxa.

En las universidades de Estados Unidos, han metido algunas guitarras clásicas y de cuerdas de metal tipo texana a una cámara de láser que reflejaban en segmentos las frecuencias de vibración de la tapa armónica. Esto les indicaba ciertas constancias y las tendencias en las cuales el sonido se concentra. Hausser y Torres lo hacían de una manera más rupestre, ponían el nudillo de su dedo medio sobre ciertas zonas de la tapa y lograban identificar las tendencias del sonido, la cosa aquí es que no eran exactas, y bien no los culpo estaban en una época sin computadoras.








Según la identificación de las afinaciones que tenemos 440hz y otras, se producen cierta longitud y amplitud de onda que desgraciadamente no percibe nuestro oído, pero de eso realmente no nos preocupa si no de lo que se desperdicia dinámicamente. La cuerda estirada a una determinada cantidad de presión utiliza una fuerza mecánica que se transforma en sonido de la cual por alguna cosa, se desperdicia alguna parte. De las ondas que produce una guitarra se desperdician aproximadamente 40% de las frecuencias por que las abanicos (bracings)  no logran que la tapa vibre lo adecuado para producir sonidos, lo que se traduciría a un conocimiento Doxa –no suena fuerte- o –esta guitarra no tiene volumen.

Pareciese que el lenguaje que se utiliza o incluso usan los guitarristas para definir qué es lo que buscan de una guitarra como –profundidad, volumen, potencia, matiz, dulzura, timbre, resorteao, brillante, etc. Es como si describieran un alimento o bien un objeto físico, la verdad es muy difícil encontrar un lenguaje que describa el sonido. Pareciese que la física nos daría un tipo de respuesta ante esto.

Lo que pretenden las ciencias exactas es sacar constantes (como la gravedad) para en base esto comprender los fenómenos, comprender el mundo. La cosa es simple, la madera no es constante, la madera fue un ser vivo único e inigualable, por lo tanto es difícil sacar una constante. Pero ¿qué nos ha enseñado la física en la lauderia? Dos cosas: la balística y la acústica.

La acústica nos enseña las propiedades del sonido. La balística nos enseña la trayectoria de un objeto, ¿Cuál es nuestro objeto? El aíre.
Considero que lo que nos pide el nuevo guitarrista es una guitarra de sonido más potente, que en un auditorio retumbe su sonido.
¿No se han preguntado por qué un violín al ser un instrumento más pequeño suena más fuerte que la guitarra?  Porque su forma aprovecha más el sonido y logra que se produzcan vibraciones que capta nuestro oído.

Según especialistas lo que captamos son entre 20hz hasta 20,000hz. El sonido a simple trato se puede medir en frecuencia, longitud, intensidad, duración. Inclusive la longitud y frecuencia ya no son concebidas en un plano 2D si no en un 3D que nos ayuda a comprender el comportamiento del sonido ya que la tapa armónica inclusive se mueve en 3 dimensiones.








Imaginemos esto como una reacción química. Lo que produce una acorde en armonía, por decir un acorde de Do mayor, sus combinaciones (elementos) con otras notas como Mi-Do-Sol, lo que permite que se escuche (dure en una superficie) es que la tapa armónica, posibilita a través del abanico (bracing) que esas frecuencias, longitud, amplitud, etc, de onda  se produzcan y vibren por toda la tapa. Si la tapa no vibrara 262.8Hz (que es la de un Do), no duraría la nota (en tiempo), inclusive tendría que poder vibrar de un rango de 268.8-524.4Hz para poder sostener una escala de 1 octava. La cosa es no solo es si vibra entre este rango si no en qué zonas y de qué manera.  Si un Do nos vibraría a 262.8hz aproximadamente, el problema sería si la tapa vibrara a 150Hz o 200hz al pulsar la nota, se escucharía igual manera la nota pero esta no se mantendría, es decir se escucharía la nota Do por que la transmite la cuerda, pero no tendría potencia ni sustain, dígase, el periodo de la vibración de la tapa vibraría diferente a la nota, estas chocarían y el sonido seria “frenado”. Lo chistoso es algo que se cree que la tapa transmite las vibraciones, no solo las transmite si no lo que escuchamos es el sonido de la tapa no solo el de las cuerdas, las cuerdas solo transmite un movimiento y la tapa la transforma en sonido, de allí el ejemplo de las guitarras eléctricas, no suenan no por que no tengan espacio o cavidad acústica si no porque no hay una tapa que vibre a diferentes longitudes, amplitudes y frecuencia.








Veamos una bocina, el pulso electromagnético de la bobina produce sonido pero si tiene un cono pequeño esta suena menos no escucharíamos los grabes por ejemplo, ya que lo que hace que suene “fuerte” una bocina no solo es lo potente de la bobina si no que el cono vibre a la frecuencia que este le indique. Lo mismo es con la tapa, la bobina es el puente y el cono es la tapa.
Bueno hasta ahora hemos visto dos ejes, la percepción, la acústica y pasaremos a la balística.

Lo que nos indica la balística es a calcular la dirección y trayectoria de un objeto en un tiempo y en un punto.
Como se dijo, nuestro objeto es el aire. La caja de la guitarra tiene ciertas deficiencias en cuestión de “reflaxión” del sonido, pero bien, eso da que suene a guitarra y no a balalaika, pero se puede mejorar.

Podríamos verlo desde el flujo del aire. Imaginemos la caja de la guitarra como un contenedor de agua. Cada nota que se toca seria como una bala que sale, esta ocasionaría en efecto en todo el recipiente, al primer rebote de la misma con el fondo de la guitarra, cambiaría su dirección y regresaría a la tapa, al hacer esto cambiaría la frecuencia , por lo tanto no sería eficiente. Yo lo llamo -se pavaner- al mecanismo y bracing que estoy desarrollando que permite lograr aprovechar un poco mejor el sonido bajo estos principios y que no re-afecte a la tapa.








No hay guitarra mala, si no percepción figurada, hay guitarras para diferentes tipos de música.

Pareciese esto paradójico, entonces ¿qué tendríamos que hacer para aprovechar mejor el dinamismo de las cuerdas, la vibración de la tapa y la balística del sonido? La posible respuesta es que es necesario comprender la zona en que vibran las notas, y cómo hacer que la tapa vibre de la forma necesaria. Muy posiblemente los lauderos que tienen excelente guitarras lo hagan sin darse cuenta lo que están haciendo, lo interesante es como potencializar esto a un instrumento altamente eficiente.

El flamenco contemporáneo necesita una guitarra versátil pero con el sabor antiguo, brillante, potente y con cuerpo (como algunos lo refieren). Hoy la guitarra en general necesita una evolución, y varios luthiers somos los que estamos en esta labor, habrá alguien que mantenga la manera antigua de trabajar, y está bien, yo lo hago también, inclusive hay clientes que piden sus guitarras hechas de manera antigua ya sea como mero fetiche o como estar a Doc de la música que toque (ejemplo renacentista) lo importante es producir guitarras con arte, que se lleven algo del artesano. Existen artesanos que no saben nada de lo comentado y aun así producen admirables guitarras, arduamente respetables, pero como es la tendencia de la humanidad –aún se puede dar más-.
Como artesano, es difícil desprenderse de las raíces, de las costumbres, de lo antiguo, los hijos de mis hijos tendrán otra cultura a la mía de la cual tendremos que resignarnos a que esta cambie, evolucione, se modifique.

Con la guitarra y el flamenco pasará esto ya que es un fenómeno psicosocial que no se controla y que las nuevas generaciones dictarán sus necesidades, espero que pueda yo cumplir con estas ya que mi abuelo cumplió con las de su época. Es de igual gustosa manera barnizar tanto con nitrocelulosa que con copal, goma laca y compuestos orgánicos, pegar con acetatos, resinas epóxicas o simple cola de conejo. Poder conservar la tradición para quien lo pida y otorgar “modernidad” para quien lo quiera.














 Por Oziel Mendoza

Constructor Artesano de Guitarras

Colaborador Fundación Guitarra Flamenca





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