viernes, 3 de octubre de 2014







“ SOLEDAD DE UNA GUITARRA “






(Poema dedicado al Maestro Enrique de Melchor)



¡Qué solita esta la guitarra!
¡Qué solita, madre!
Sus cuerdas se quedaron frías una mañana de Enero,
Sus acordes están de luto.
Están de luto, porque Enrique de Melchor, ha muerto.


Los Verdiales se miran y lamentan,
La Colombiana camina por la calle del olvido con la blusa
rasgada, La Granaina sólo calla.


¡Qué solita está la guitarra!
¡Qué solita, madre!
¡Qué solita está la guitarra!


¡Qué solita está la guitarra!
Ya no quiere vivas,
Ni tampoco palmas,
Solo quiere silencio para calmar su desgracia..


¡Qué solita está la guitarra!
¡Qué solita está la Petenera!
Por la calle del desaliento baja enlutada.
¡Qué solita está la guitarra!
¡Qué solita está la guitarra!


Ya no quiere rosas,
Ni tampoco ovaciones.
Solo quiere silencio,
En la noche en calma.


¡Qué solita está la guitarra!
La Bulería huele a paz y oración.
Hoy nadie la baila,
Nadie la vitorea..
¡ Ya nadie la aclama!


¡Qué solita está la guitarra!
Gime notas de suspiros,
Bajo la luna clara.


¡Qué solita está la guitarra!








En Memoria de Enrique Jiménez Ramírez, “Enrique de Melchor”
                                        (1950 – 2012)








Descansa en paz Maestro. 



Por Jesús Manuel Rubio.

Colaborador Fundación Guitarra Flamenca.



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