“TITO Y SERRANITO”
Tenía mucha intención y
significado. Era el reencuentro de dos maestros, pero también la constatación
de que una actitud constructiva siempre gana. Fue el triunfo de la inteligencia
frente a una cerrazón musical que llenó sus épocas artísticas y que,
tristemente, aún perdura en algunas aulas y colmaos.
El pasado 25 de enero
yo mismo me encargué de “liar” el reencuentro en Ajofrín (Toledo) de dos
maestros de la guitarra, viejos amigos del toque. Uno de la guitarra clásica,
Demetrio Ballesteros, “Tito” para sus amigos y alumnos, que hizo de anfitrión.
El otro, Víctor Monge “Serranito”, aquel guitarrista flamenco que “menos
disgustó” a Andrés Segovia.
Protagonistas de una
edad de oro de la guitarra española, maestros reconocidos en sus respectivas
disciplinas que, precisamente por eso, apostaron siempre por la convivencia e
intercambio de ideas entre las estéticas clásica y flamenca. Tan españolas como
universales y tan necesarias como complementarias para el normal desarrollo
musical de cualquier guitarrista.
Muchos guitarristas de
los que hoy dan clase en los conservatorios, algunos incluso alumnos de estos
maestros, se niegan a aceptar el flamenco como asignatura académica, del mismo
modo que otros ven demasiado “payo” el refinado y delicado concepto de la
pulsación o la armonía de los clásicos. Son cada vez menos, afortunadamente. Y
sabemos, ellos también, que sus opiniones, además de interesadas y rancias, son
equivocadas. Fruto del miedo egoísta al guitarrista total, al que demandarán
los públicos más pronto que tarde. Ese que les hará sus poltronas un poquito
más inestables.
Allá
ellos, en Ajofrín, con mi amigo Álvaro Tirado (profesor del conservatorio de
Valdepeñas), el maestro Óscar Herrero y yo mismo de testigos, asistimos a una
interminable y entrañable tertulia plagada de anécdotas, enseñanzas,
confidencias y chascarrillos guitarrísticos de dos maestros, viejos amigos,
guitarristas, músicos integrales. Fenomenales personas que nos volvieron a
recordar que al final, la guitarra pone y pondrá a cada uno en su sitio.
Por Pablo San Nicasio
Ramos
(Guitarrista y
Periodista Chalaura.com)
Colaborador Fundación
Guitarra Flamenca.
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