“ SOLEDAD DE UNA GUITARRA “
(Poema dedicado al Maestro
Enrique de Melchor)
¡Qué
solita esta la guitarra!
¡Qué
solita, madre!
Sus
cuerdas se quedaron frías una mañana de Enero,
Sus
acordes están de luto.
Están
de luto, porque Enrique de Melchor, ha muerto.
Los
Verdiales se miran y lamentan,
La
Colombiana camina por la calle del olvido con la blusa
rasgada,
La Granaina sólo calla.
¡Qué
solita está la guitarra!
¡Qué
solita, madre!
¡Qué
solita está la guitarra!
¡Qué
solita está la guitarra!
Ya
no quiere vivas,
Ni
tampoco palmas,
Solo
quiere silencio para calmar su desgracia..
¡Qué
solita está la guitarra!
¡Qué
solita está la Petenera!
Por
la calle del desaliento baja enlutada.
¡Qué
solita está la guitarra!
¡Qué
solita está la guitarra!
Ya
no quiere rosas,
Ni
tampoco ovaciones.
Solo
quiere silencio,
En
la noche en calma.
¡Qué
solita está la guitarra!
La
Bulería huele a paz y oración.
Hoy
nadie la baila,
Nadie
la vitorea..
¡ Ya
nadie la aclama!
¡Qué
solita está la guitarra!
Gime
notas de suspiros,
Bajo
la luna clara.
¡Qué
solita está la guitarra!
En
Memoria de Enrique Jiménez Ramírez, “Enrique de Melchor”
(1950
– 2012)
Descansa
en paz Maestro.
Por
Jesús Manuel Rubio.
Colaborador
Fundación Guitarra Flamenca.
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